lunes, 14 de febrero de 2011

VIRGENES SUICIDAS


-          Oh Gabriela! No sé qué es lo que ha podido ocurrir, ella era muy feliz hasta que le prometieron, estaba llena de energía, recuerdo aquellas tardes de verano cuando paseábamos por las calles de Florencia y no paraba de hablar sobre cualquier tema, era tan enérgica y tan emotiva. Tampoco entiendo porqué le afectó tanto su casamiento, es algo normal, y ella enseguida cogía cariño a las personas, me atrevería a decir que daría su vida por cualquier persona que conocía. ¿Cómo ha podido hacer tal cosa y dejarme aquí tan sola? Simplemente me dejó esta carta en la que dice que me quiere y que lo siente mucho, que yo nunca lo entendería…  

 -          Cariño, sé que es difícil entender lo que le pasó a Sara. Sé cómo te sientes, era tu mejor amiga, y siempre será irremplazable, pero tienes que empezar a hacerte a la idea… ya ha pasado mucho tiempo de eso y todos los día sigues leyendo sus cartas, necesitas dar un paso adelante y seguir con tu vida. 

-          Tienes razón madre, a partir de ahora ya no voy a leer más sus cartas ni voy a llorar más por ella. Ya hace más de un año que ella se suicidó y la única persona que he visto desde entonces ha sido a Víctor, si no fuera por él, estaría aún peor.

Miré la carta por última vez, solo decía que nunca antes se había sentido así por alguien y que la razón de su suicidio era su casamiento, entonces me di cuenta que cuando ella hablaba de sus sentimientos era por una tercera persona, ¡que estupidez! Ahora estaba muy enfadada con ella, ¡cómo pudo hacerme esto por tal tontería! ¿Se suicidó porque sentía algo por alguien que no era su prometido? ¿Era eso lo que realmente quería decir?

A partir de ese día decidí salir a la calle y vivir la vida, había estado llorando por algo que no merecía la pena.  Como todos los días, Víctor me acompañó en todo momento, pues decía que yo no estaba bien, y en parte tenía razón, mi mejor amiga había fallecido y yo solo decía que estaba cabreada porque no encontraba lógica a lo que me hizo.  Fue entonces cuando me di cuenta que tenía que investigar por quien Gabriela sentía algo.

Pasaron los días y seguíamos con lo mismo que teníamos al principio, nada. Durante nuestra investigación pase todo el tiempo con Víctor simulando que íbamos a dar largos paseos y ya que él siempre había sido mi amigo de la infancia, mis padres lo permitieron en todo momento. 

Un día como cualquier otro, mi madre entró al cuarto y me comunicó que me había prometido, mi reacción fue normal, a causa de mi curiosidad le hice unas cuantas preguntas pero por mucho que simulaba, mi cara mostraba mi poco entusiasmo. Decidí ir a ver a Víctor y decirle aquella gran noticia antes de que se enterara por cualquier otro. Al llegar a la puerta me besó, por lo había llegado tarde, alguien ya se lo había dicho. Como mujer prometida, tuve que salir corriendo, ahora estaba muy confusa.
Al llegar a casa me encontré con un señor que me triplicaba la edad, se levanto y muy nervioso me dijo al oído: “espero que valgas realmente lo que he pasado por ti, si me han engañado, te lo haré pagar el resto de tu vida”.
Salí corriendo sin saber muy bien dónde ir y cuando deje de correr me di cuenta que estaba en la plaza de la Señoría, ese era mi lugar preferido, de pequeña me pasaba todo el tiempo con Víctor y Gabriela sentados en frente de la estatua de Hércules y Caco de Baccio Bandinelli, al lado del David, elegimos esta estatua porque representa la victoria con la fuerza y astucia contra los malvados.
Me quede en tiempo sentada en la fuente de Neptuno y comencé a escribir una carta, como hizo Gabriela. Entonces, me quedé de pie en frente de la estatua y detrás de mí, Víctor quien apareció y me susurró al oído: “sé que te encontraría aquí”.
Me di la vuelta y le mire con mis ojos llenos de lágrimas. “No digas nada” me dijo.
Pero no pude aguardar por más tiempo mi silencio, - “ahora entiendo a Gabriela” dije.
Víctor me abrazo en un intento por consolarme y yo le besé mientras metía mi carta en su bolsillo.  –“Tengo que irme” dije y volví a salir corriendo. Llegué a casa y cogí un cuchillo, lo clave en mi estómago tanto como pude con toda la rabia que tenia dentro de mí una y otra vez hasta que fui perdiendo la fuerza.

3 comentarios:

  1. Hola, me alegra ver que has publicado la historia al blog. Gracias por aclararme las dudas, yo creo que no expresaste del todo lo que quería decir, por que la idea era buena, pero no se entendía del todo. ¿Subiras cada relato al blog?

    El próximo título lo ha puesto Rosa (super raro) y yo prondré el de la siguiente semana (la última semana del mes). Cuando quieras ponerlo tú pronunciate y seguiremos el orden desde el principio.

    Sobre mi historia. Clarisse se marcha por que piensa que le estan engañando (cosa que no es cierta) pero va y da la casualidad en que cuando vuelve a casa, con la esperanza de hacer las paces (por una discusión que no ha pasado nunca) y se la encuentra enrollándose con Hellen. Entonces ya confirma sospechas. Teresa no quiere enrollarse con Hellen, esta vulnerable y no le frena, pero ella ama a Clarisse.

    En fin... me voy a valenciano. ¿Te veo el viernes o el sábado?

    Te quiero mucho :)

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  2. Hola me parese una grqn historia suicida
    Yo tambien soy suucida😒
    Y me alegra que gente escriba historias asii
    Que nos inditifica ah mas de uno
    Bss

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  3. Hola me parese una grqn historia suicida
    Yo tambien soy suucida😒
    Y me alegra que gente escriba historias asii
    Que nos inditifica ah mas de uno
    Bss

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