lunes, 28 de febrero de 2011

ZAFIRO NOCTURNO


Cuatro son las gemas más preciadas por su hermosura: el rubí, el diamante, la esmeralda y el zafiro. Por supuesto esta es mi preferida, aunque no sé muy bien si es por la mezcla de aluminio, hierro y titanio que hacen que tenga un color singular o por todo el conjunto de sus cualidades que le hacían camuflarse en la noche.
Mi madre siempre ha sido una mujer de negocios, le ofrecieron un ascenso y por ello tuvimos que mudarnos a Londres. Ahora vivimos en una de esas típicas casas inglesas de tres pisos con cuatro enormes habitaciones con sus respectivos baños, cocina, comedor, sala de estar, un jardín inmenso… al fin y al cabo, lo que todas las casas grandes tienen. Para nosotras fue un gran cambio, ya que la casa en la que vivíamos anteriormente no tenía más de 40 metros cuadrados.
La primera noche, estábamos cansadísimas de la mudanza y nos fuimos a dormir muy pronto. A las 2 de la madrugada noté una caricia. Yo pensé que era mi madre dándome las buenas noches, aunque pensaba que estaba durmiendo. A los pocos minutos noté como algo áspero toco mi cara curiosamente haciéndome cosquillas. Entonces comencé a tener un poco de miedo y a su vez intriga por lo que espere tres segundos y abrí un ojo, pero no conseguí ver nada.
A la mañana siguiente pregunté a mi madre que tal había dormido y ella me dijo que la mudanza le había cansado tanto que había dormido desde que nos acostamos de un tirón. Si ella no había sido, ¿quién había estado en mi habitación ayer? Comencé a pensar de todo pero lo único que conseguía era asustarme a sí que intenté convencerme de que había sido el viento.
Durante las 2 semanas siguientes, todas las noches fueron iguales que la primera. Tuve una idea un poco estúpida pero estaba asustado y quería saber que estaba pasando a sí que escribí una nota donde preguntaba: “¿quién eres?” me quede tumbada en la cama con la sábana hasta el cuello y con los ojos entrecerrados para ver si conseguía ver algo pero no vi nada y al cabo de 2 horas el sueño pudo conmigo. Al día siguiente, nada más despertarme miré la nota, pero para mí desilusión, no había nada escrito.
Comencé a pensar que todo esto era producto de mi imaginación y de tantas películas y novelas de terror y que me estaba volviendo loca. Pero entonces esa misma noche la cosa fue a peor o al menos eso pensaba, porque me pareció oír a alguien que me llamaba por mi nombre. No sabía qué hacer a sí que me fui corriendo a la habitación de mi madre, sin embargo no me encontré a nadie. El miedo aumentaba por momentos, comencé a recorrer los tres pisos de la casa pero seguía sin ver ni oír a nadie, después de eso no recuerdo nada más que haberme despertado en la cama.
Aún seguía asustada a sí que lo primero que hice fue ir corriendo a la cocina para ver si estaba mi madre y efectivamente allí estaba cocinando el desayuno. Le pregunte por cómo había dormido y al decirme que como siempre le conté todo, ella me dijo que debía haber sido  un sueño, pero yo ya no sabía que era real y que no lo era.
Estuve asustada todo el día, pensando en cómo parar el tiempo para que nunca se hiciera de noche, aunque en el fondo sabía que estaba siendo ridícula, estaba desesperada. La noche llegó, yo estaba en la cama atemorizada cuando vi como se movía un trozo de sábana que estaba tocando el suelo y entonces comencé a reír al darme cuenta que lo que pensaba que era un zafiro nocturno era realmente un precioso minino.

2 comentarios:

  1. Hola Carla,

    ¡me encanto! ^^ no me esperaba para nada que fuera un gato jajaja yo pensaba que iba a ser un tio o algo así que se le colaba al cuarto.

    Es el que más me a gustado de los tres :)

    Si te has leído el relato de las demás, cada una hemos tenido una concepción de zafiro distinta ^^

    En fin baby, me gusto mucho. Haber que haces con el siguiente, que supongo que hacemos el título del amigo de Estefanía. El próximo, lo pones tú ^^

    Te quiero mucho :)

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  2. Hola!
    Tienes tantos blogs que no se donde dejarte los comentarios jeje.
    Gracias por comentar mi entrada, y si, la verdad es que me desahogué bastante, normalmente no utilizo el blog para escibir sobre mi pero bueno, por una vez no pasa nada.

    En respuesta a tú comentario tienes razón en cuando a que sin los momentos difíciles no podríamos valorar los buenos momentos, es una pena que tenga que ser así pero todo es cuestión de poder ver el lado positivo de cualquier circunstancia.

    En cuanto a tu entrada, veo que tu también escribes a partir de un determinado título. Me ha gustado tu historia sobretodo por la sopresa, porque yo pensaba desde el principio que era un chico el que se metía en la habitación.
    Bueno, me alegra que te hayas pasado por mi blog, espero que siga así. Un besote.

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